Los Soportes Físicos
Se
trata del soporte material que es necesario para la producción del servicio, y del
que se servirá, o bien el personal en contacto, o bien el cliente, o bien a
menudo los dos a la vez. Este soporte físico puede dividirse en dos grandes
categorías: los instrumentos necesarios para el servicio y el entorno material
en el que se desarrolla el servicio.
a)
Los instrumentos necesarios para el servicio están constituidos por todos los objetos,
muebles o máquinas puestas a disposición del personal en contacto, y/ o el
cliente. Su utilización por uno u otro permitirá la realización del servicio.
b)
El entorno está constituido por todo lo que se encuentra alrededor de los instrumentos:
se trata de la localización, de los edificios, del decorado...
- LAS
FUNCIONES DEL SOPORTE FÍSICO
A)
EL DILEMA ESCAPARATE-FÁBRICA:
El
soporte físico de una servucción debe ser, a la vez, un buen elemento de
comunicación (el escaparate del servicio en cuestión) y una herramienta necesaria
de trabajo (la fábrica del servicio). Las dos facetas son necesarias y deben
coexistir. Con ello se intentan obtener dos resultados simultáneos, por un
lado, un resultado en el campo del ambiente y, y por otro, uno en el campo funcional.
Como en el teatro, la puesta en escena no es un fin en sí, sino que debe
facilitar la interacción entre el personal de contacto y el cliente, propiciar las
actitudes y comportamientos que condicionen un buen servicio. Junto al resultado
estético y sensorial, el soporte físico también debe facilitar la realización
real del servicio. Tiene que coger inputs bajo la forma de productos acabados,
semiacabados, y fuerza de trabajo del personal para liberar outputs, es decir,
clientes servidos y satisfechos. Además, hay que tener en cuenta dos elementos
esenciales: la incertidumbre del funcionamiento ligado al comportamiento del
consumidor y que el resultado funcional del soporte físico es también su
capacidad de absorber perturbaciones externas a un coste no prohibitivo. Uno de
los problemas más graves es concebir un soporte físico que dé igualmente
resultados en términos de funcionalidad y de ambiente.
B)
LA GESTIÓN DEL ESPACIO
La
primera característica del entorno físico de un servicio es el espacio en el
que van a interactuar el personal de contacto y la clientela. Problemas como la
escasez de emplazamientos disponibles acrecientan el precio del metro cuadrado
y suscitan tentativas de miniaturización del espacio. Del mismo modo, el
personal de contacto desea controlar una parte, al menos, del espacio, y aprecia
poco tener que trabajar en un espacio abierto a los clientes, de ahí los mostradores,
ventanillas y similares. Finalmente, cuanto más solicitado está el cliente de
participar en la realización del servicio, más activo está, y más espera que el
espacio organizado esté ampliamente abierto al público. De todo esto se puede
deducir la dificultad de dominar un espacio caro y de libertad. Una servucción
polivalente (adecuada) corresponde a un enfoque comercial de abarcarlo todo.
Para llegar a esta servucción polivalente la única forma de escapar de las
servucciones especializadas, es concebir una manipulación del espacio fácil y
rápida de realizar.
En
un primer nivel de acción, se trata de poder transformar la función y el ambiente
de una parte del soporte físico sin modificar el resto, lo que responde a una
necesidad de flexibilidad. Es l que hace la compañía aérea escandinava SAS
cuando modifica, a placer y en el último momento, en función de las reservas,
el espacio de la cabina atribuido respectivamente a las clases de negocios y
turistas. En un segundo nivel de acción, se trata de considerar en los mismos espacios
clientelas diferentes en momentos distintos. Por ejemplo, unos pueden
buscar
entornos con fuerte intensidad de información y, otros con poca intensidad.
C)
LA GESTIÓN DEL TIEMPO
Combinando
el espacio y el tiempo se logra una gestión dinámica de la servucción. Sin
embargo, pueden aparecer problemas de gestión del tiempo que se reagrupan en
tres categorías. El primero es el problema de determinar, para un servicio
dado, el tiempo más apropiado: el tiempo mínimo o el tiempo ajustado. El tiempo
mínimo es el que se ha verificado estadísticamente como el suficiente para
asegurar correctamente la parte funcional de la prestación, y donde el tiempo
relacional está voluntariamente minimizado. Mientras, el tiempo ajustado es el
de una prestación que exige disponibilidad y un ritmo lento.
En
un segundo lugar está el interés de precisar si las características del servicio
ofrecido hacen trabajar en tiempo estándar o durante un tiempo incierto. Entre
los numerosos servicios ofrecidos por una servucción polivalente, siempre se
encuentra una mezcla de tiempo mínimo y ajustado, de duración estandarizada y
de duración incierta. Para resolver estos problemas de tiempo se necesitan, no
sólo soportes físicos diferentes, sino aislados unos de otros.
La
última categoría de problemas atañe a la distinción que hay entre el tiempo
individual dedicado a cada cliente y el tiempo colectivo en el que grupos de
clientes están juntos. Los tiempos colectivos son los tiempos de espera, los tiempos
pasivos, y si la relación tiempo individual-colectivo se inclina hacia este último,
es necesario administrar este desequilibrio. Una vez más, los tiempos individuales
y los colectivos necesitan soportes físicos adaptados y diferentes.
2.
LA AUTOMATIZACIÓN DE LOS SERVICIOS
Las
nuevas tecnologías modifican tanto los puestos de trabajo en los servicios como
en la industria. La evolución de las tecnologías es rápida por más de una
razón: sus aplicaciones se multiplican, los costes de funcionamiento
evolucionan a la baja pero la inversión inicial permanece alta. Finalmente, la
puesta en funcionamiento es compleja y necesita un tiempo de aprendizaje cada
vez más largo. Como consecuencia, las empresas de servicios deben estudiar con
mucha prudencia la adecuación de la tecnología a la oferta de servicios. Por
ejemplo, una
servucción
en auto servicio cuya misión principal es asegurar una prestación repetitiva de
gran volumen, con una margen mínimo y rápida no puede al mismo tiempo asegurar
una prestación compleja y poco frecuente, aunque existan posibilidades técnicas.
3.
LOS NUEVOS SOPORTES
Tenemos
una tecnología cada vez más sofisticada que está puesta a disposición de los
servicios y aplicada por las empresas más dinámicas. En muchos casos, estos nuevos
soportes técnicos se integran a los soportes inmobiliarios tradicionales. Pero
es hora de darse cuenta que también pueden sustituir pura y simplemente a los
soportes existentes. Todo esto es un movimiento progresivo de sustitución, ya
que el soporte técnico desposee al patrimonio inmobiliario de su función de
proximidad. Nuevos soportes están disponibles cuestionando la existencia de los
antiguos, y nuevas misiones deben estar aseguradas por los soportes físicos
para confortar las
servucciones
en las que se integran. Todo esto conlleva un número importante de consecuencias
gerenciales:
3.1
La gestión integrada de los patrimonios inmobiliarios y tecnológicos:
El
control de la servucción tiene por objetivo identificar las disfunciones, una
de cuyas causas es la falta de cohesión de los diferentes elementos que
constituyen el soporte físico. Muy a menudo en las empresas de servicios en
red, el patrimonio inmobiliario y el parque de los equipos tecnológicos están
bajo la responsabilidad de equipos diferentes. Esto no facilita la búsqueda de
la cohesión. La empresa de servicio debe llevar la iniciativa y asegurar las
condiciones de la cooperación entre lo inmobiliario y lo técnico.
3.2
La función estructuradora del soporte físico:
El
incremento regular de la participación del cliente en la realización del
servicio y la desaparición progresiva del personal de contacto dan una función
cada vez más estructuradora al soporte físico.
3.3
La gestión de la capacidad:
La
tradición del sector terciario es adaptarse pasando de uno a otro según el
estado del mercado. Sin embargo, la intrusión creciente de la tecnología en el
soporte físico de la servucción obliga a la empresa a disociar completamente las
actividades de pequeño y gran volumen. Existe pues, una revolución cultural en
la gestión de la capacidad. Para todos los servicios hay que aceptar
administrar un sistema ampliamente abierto sobre el entorno y negociar
permanentemente las influencias exteriores.
3.4
La calidad del servicio y el mantenimiento
Con
las nuevas tecnologías el soporte físico ya no es simplemente la
infraestructura necesaria para la fabricación del servicio, es cada vez más el
facilitador de la regularidad de la calidad de la prestación. Sin embargo, esta
nueva misión del soporte físico no puede estar asegurada si no se reconoce
plenamente el papel clave del mantenimiento. De ahí la importancia concedida al
mantenimiento de los soportes y a la capacidad de hacer de ello una ventaja de
marketing de cara a los soportes publicitarios competidores. Desgraciadamente
las empresas de servicio
son
más sensibles al coste de mantenimiento que al triunfo de marketing en el que
se puede convertir. El mantenimiento es vivido como una restricción, no como
una oportunidad.
4.
CONCLUSIÓN
Las
características del soporte físico de numerosos servicios está evolucionando rápidamente
porque la automatización es una realidad en los servicios. Es verdad que la
cultura dominante y tradicional del terciario no prepara para las nuevas
tecnologías a la mayoría de las empresas existentes. La automatización dará
entonces a una minoría la oportunidad de adquirir una ventaja competitiva. Esta
evolución del soporte físico deberá explicarse claramente a los
consumidores
para que vean el beneficio o la ventaja que pueden sacar de ello. En realidad,
se van a acostumbrar a obtener un servicio inmediato y siempre disponible y sus
expectativas serán más exigentes. Los efectos sobre el personal de la empresa
de servicio serán todavía más importantes porque la automatización en los
servicios planteará los mismos problemas que en la industria. Habrá que
resolver problemas de cualificación tanto a nivel del personal de ejecución
como al del entorno.
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